Alpinista Marco Aurelio Miguel: en la Norte del Eiger

(agosto de 1999)

Lo intentamos ya lo creo que lo intentamos,por dos veces y las dos salio mal.

Desde mi niñez soñé con escalar las tres principales caras nortes de los Alpes, Jorases, Cervino y la mas impresionante la Norte del Eiger.

Ahora tengo la experiencia y el compañero adecuado, este verano lo tenemos que intentar

Mi amigo y compañero de escaladas Juan Antonio Ordóñez (SANDI) y Yo, preparamos las mochilas y con su nuevo coche nos ponemos en marcha hacia Grindewal. Nuestro objetivo es la deseada y temida pared Note del Eiger, hemos entrenado mucho y muy duro, estamos muy fuertes, además SANDI esta entrenando para la que seria su primera experiencia en el HIMALAYA la pared norte del SHIBLIN (DONDE MORIRIA DE MAL DE ALTURA)

rampas de nieve antes de la roc

Después de un largo viaje por carretera llegamos a Grindelwald en un día gris y lluvioso, nos dedicamos a deambular y ver tiendas a ver si se calma el tiempo y podemos montar la pequeña tienda Igloo que tenemos por alojamiento. Transcurridos dos días en los que visitamos una espectacular garganta y una gruta de hielo en el glaciar, aparece el sol y sin pensárnoslo subimos en el tren que nos llevara hasta la estación Kleine Scheidegg, desde le que se afronta esta escalada y lugar privilegiado para la observación de la misma. El viaje es lento y espectacular vamos viendo nuestra pared, que esta muy mojada, no lo vemos claro pero tenemos que acercarnos a ver el estado real de la escalada. La pared esta empapada, pero un tibio sol nos da la esperanza de que tal vez mañana este seca. Un rápido desayuno y a la pared, parece que el tiempo no se define, pero aquí es lo normal, pronto nos encontramos al pie de de esta inmensa pared que nos engulle en su formidable tamaño, comenzamos la escalada y enseguida empiezan a bombardearnos primero pequeñas piedras y cundo estamos atravesando un nevero que da acceso a las fisuras difíciles antes de la travesía Interstoisser , un alud de hielo y piedras nos cae encima, estamos paralizados; Agarrandonos a los pioles y esperando que alguna piedra nos derribe, pero esta vez la suerte nos sonríe, y casi en ese momento empieza una finísima pero incesante lluvia, supero el largo de las fisuras y llego a la reunión empapado, el agua que resbala de la pared me entra por la manga y me sale por las botas, es lo que tiene la ropa de Gore-Tex no deja pasar el agua (de dentro para afuera) decidimos retirarnos, así no podemos afrontar un vivac, no lo soportaríamos. Rapelamos directamente desde las fisuras en un interminable sucesión de rápeles verticales” que por suerte están todos instalados” las piedras siguen cayendo muy cerca, el agua resbala por la cuerda y nos empapa y deja helados, ¡joder con la retirada¡ me vienen a la mente la historia de la tragedia del Eiger con el intento de retirada hacia los túneles del tren en la que los siete escaladores murieron y me recorre un escalofrío de pensarlo, con aquellos equipos.Por fin llegamos a la pendiente de nieve y salimos corriendo cuesta abajo para separarnos de las

continuas piedras y avalanchas. En general nos hemos movido muy bien el la pared, las reuniones son amplias y están clavadas lo que te da algo de seguridad pero la roca es pésima en los tramos menos verticales. “Tenemos que intentarlo de nuevo“ Como el tiempo no mejora decidimos hacer turismo y conocer Frankfurt ,

1ª conclusión es mayor el riesgo por la caída de piedras que la dificultad real de la pared

2ª Segunda conclusión es tan grande esta pared, que la resistencia física y moral son las principales enemigas.

acceso a las fisuras dificil

3ª Tercera conclusión no se si es bueno leer tanto sobre las tragedias del Eiger o la de Rabada y Navarro, estas pesan mas que la mochila.

Una semana mas tarde regresamos a Grindelwald, parece que ahora hace mejor tiempo, pero la pared tiene mas nieve y el aspecto ahora es mas amenazador, de nuevo tomamos el tren de la Jungfraujoch, son las tres de la tarde, la estrategia es escalar hasta la base se las fisuras difíciles y vivaquear allí, con la intención de pasar la travesía Interstoisser y el primer nevero a primera hora de la mañana, como ya conocemos la ruta en dos horas y media estamos en la base de las fisuras y encontramos una cueva, donde nos acomodamos para pasar la noche, en ese momento empieza a llover de nuevo y como cae, ¿será una maldición o una advertencia? Toda la noche se paso lloviendo y al amanecer de nuevo la pared chorreando ahora cascadas de agua que tiran un montón de piedras. Quiero llegar hasta ver la travesía Interstoisser de nuevo: y desde aquí decidimos que así no podemos continuar y como ya conocemos el camino de regreso , a rapelar otra vez creo recordar que por lo menos son 10 los rápeles hasta la base.

Tal vez y solo tal vez algún día regrese,